A medida que pasa el tiempo, experimentamos los cambios que provoca el envejecimiento en nuestros dientes, lo que se traduce en todo tipo de problemas de salud bucal. Por eso, es importante procurar a nuestros dientes y encías un cuidado y una atención adicionales para mantenerlos saludables en nuestros últimos años.

Aunque las cosas han mejorado mucho desde hace 100 años, cuando las dentaduras postizas completas estaban a la orden del día, la mayoría de nuestros mayores en la actualidad aún experimentan tasas más altas de enfermedades de las encías, pérdida de dientes, caries, infecciones bucales y recesión de las encías que el resto de la población. Veamos los cambios mas relevantes que provoca el envejecimiento en nuestros dientes:

Desgaste oral

Nuestros dientes están compuestos de algunas de las sustancias más duras de nuestro cuerpo. Sin embargo, se desgastan tras décadas de morder, masticar y rechinar los dientes. La parte del diente que más se desgasta es la capa exterior dura llamada esmalte dental. Si el esmalte es demasiado fino, aumentará la sensibilidad a los alimentos fríos o calientes. Las muelas también tienden a aplanarse gradualmente con el tiempo.

Puede minimizar el daño adicional evitando los alimentos duros que pueden astillar, fracturar o incluso romper los dientes debilitados. Tenga cuidado con los alimentos y bebidas azucarados y ácidos que pueden erosionar y dañar aún más sus dientes. Si tiene problemas de bruxismo, consulte a su dentista sobre el uso de un protector bucal nocturno cuando duerma por la noche.

Decoloración de los dientes

Los dientes se oscurecen con la edad. Esto ocurre debido a la acumulación gradual de manchas en el esmalte dental a causa de los alimentos y las bebidas. Otra causa de la decoloración de los dientes son los cambios en la dentina del interior del diente, que puede volverse amarilla con la edad.

Lo mejor es consultar a su dentista antes de decidir cuál es el tratamiento de blanqueamiento más eficaz para su situación.

Enfermedad y retracción de las encías

La antigua expresión “tener los dientes largos” en realidad es un indicio de retracción de las encías. La retracción de las encías es causada por una enfermedad de las encías (periodontitis), ya que la afección penetra más profundamente en las encías y las separa de los dientes.

A medida que las encías retroceden, dejan expuestas las raíces dentales no esmaltadas, que se vuelven vulnerables a las caries y la pérdida de hueso. Los dientes pueden aflojarse sin el soporte adecuado de las encías y, finalmente, caerse.

Sin embargo, no todo son malas noticias. La enfermedad de las encías se puede tratar con raspado, alisado radicular y/o antibióticos. Pero más vale pronto que tarde: la recesión de las encías es irreversible e irreparable.

Boca seca

La sequedad de boca es causada por la reducción del flujo de saliva que puede ocurrir con la edad, durante el sueño y como efecto secundario de la medicación. De hecho, hay cientos de medicamentos que indican que la sequedad de boca es un efecto secundario. Algunos tratamientos médicos, como la quimioterapia, también pueden afectar las glándulas salivales y reducir el flujo de saliva.

Sin los efectos protectores de la saliva, los dientes son mucho más propensos a sufrir caries. Además, le resultará más difícil masticar, tragar y digerir los alimentos secos. Los tejidos bucales se irritarán más y correrá un mayor riesgo de contraer infecciones.

Si tiene sequedad bucal (xerostomía), pregunte a su dentista por productos de saliva artificial que puedan mejorar la sequedad bucal. Y no olvide mantenerse hidratado.

Artritis, mala memoria y mala visión

Tener alguna de estas afecciones puede dificultar el mantenimiento de una rutina adecuada de cuidado e higiene bucal:

• La artritis hace que sea más difícil manejar un cepillo de dientes y cepillarse los dientes de manera eficaz.
• La mala memoria puede provocar que a veces olvide cepillarse los dientes.
• La mala visión puede hacer que le resulte más difícil ver lo que está cepillando.

Consulte con su dentista sobre cepillos de dientes con mango ergonómico o cepillos de dientes eléctricos que puedan facilitar el cepillado de los dientes. Pregúntele también cómo puede minimizar el impacto de los cambios que provoca el envejecimiento en los dientes.